Nuestro papel en la atención a la salud está cambiando. En el pasado, era suficiente con producir medicinas seguras y eficaces. En la actualidad, consideramos que nuestra función es mucho más amplia. Una vez que hemos convertido la mejor ciencia en medicina transformadora, no nos detenemos. No sólo queremos asegurarnos que las personas tengan acceso a nuestros medicamentos; también queremos que nuestros medicamentos se utilicen de la mejor forma posible durante el tratamiento. Esto puede requerir educación para incrementar el conocimiento de una enfermedad, así como de los servicios y apoyo que ayuden a los pacientes a utilizar su medicamento de forma adecuada, y la implementación de nuevas estrategias de acceso al mercado o incluso herramientas que contribuyan a prevenir una enfermedad.

Adoptar este enfoque a gran escala significa que, a menudo, necesitamos colaborar con gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ONGs), universidades y otros socios para evaluar y abordar necesidades reales de pacientes en áreas terapéuticas específicas, como nuestro programa educativo en Indonesia, Vietnam e India, que se concentra en abordar el estigma de la enfermedad mental, o nuestras asociaciones en Rusia para luchar contra la tuberculosis y nuestro programa de tratamiento en el hogar para pacientes de cáncer en el Reino Unido. Concentrarse en obtener resultados más saludables es bueno para los pacientes y bueno para la sociedad en su conjunto.