Educación en Salud
La esquizofrenia es probablemente el trastorno mental más angustioso e incapacitante que existe. Los primeros signos de la esquizofrenia tienden a declararse en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta. Los síntomas son confusos y pueden resultar alarmantes para la familia y los amigos. Las personas con esquizofrenia pueden presentar alucinaciones, delirios, pensamiento desordenado y formas peculiares de hablar o de comportarse. Los síntomas afectan la capacidad del individuo de relacionarse con los demás y lo apartan del mundo que les rodea.
El 50% de las personas que padecen esquizofrenia tiene además problemas de alcoholismo u otras adicciones en algún momento de su enfermedad y esto empeora el cuadro. El promedio de suicidios es del 10%, el riesgo es más alto en los primeros años de la enfermedad.
Por ahora sigue sin identificarse un factor individual como único causante de la esquizofrenia.
La esquizofrenia afecta al 1 - 2% de las personas. Está presente en todo el mundo. Hombres y mujeres presentan el mismo riesgo de desarrollar el trastorno, pero mientras la enfermedad tiende a declararse en los hombres entre los 16 - 25 años de edad, la mayoría de las mujeres empieza a tener síntomas entre los 25 - 30 años.
Las personas con esquizofrenia suelen experimentar:
Síntomas positivos: alucinaciones, delirios, pensamientos desordenados y agitación
Síntomas negativos: falta de motivación, retraimiento social, apatía, insensibilidad emocional
Síntomas cognitivos: aprendizaje, memoria, atención, función ejecutiva, lenguaje
La mayoría de los trastornos psiquiátricos son muy difíciles de diagnosticar y la esquizofrenia no es la excepción. El diagnóstico depende de la eliminación de otras causas que podrían hacer aparecer síntomas parecidos a los de la esquizofrenia (consumo de drogas, epilepsia, tumores cerebrales y disfunción tiroidea).
Tras excluir otras causas, el médico tendrá que hacer un diagnóstico basado solamente en los síntomas observados en el paciente, y en los comentarios del paciente y de su familia. Los síntomas deberán estar presentes durante un mínimo de 6 meses.
En general, los pacientes van a tratamiento porque los delirios y las alucinaciones disparan conductas perturbadoras.
Si los medicamentos se toman regularmente y conforme a lo prescrito, se pueden reducir y controlar los síntomas. No obstante, en algunas personas los tratamientos disponibles no surten efecto, o puede que los pacientes los interrumpan antes de tiempo debido a efectos secundarios desagradables, como el aumento de peso o la intolerancia a la medicación.
El tratamiento temprano permite comenzar el proceso de recuperación, el consumo de drogas puede reducir también la eficacia del tratamiento.
El pronóstico de la esquizofrenia es difícil de predecir. La mayoría de las veces, los síntomas mejoran con medicamentos. Sin embargo, algunas personas pueden tener dificultad para desempeñarse y están en riesgo de episodios repetitivos, especialmente durante las etapas iniciales de la enfermedad.
Las personas con esquizofrenia pueden necesitar apoyo en el hogar, rehabilitación ocupacional y otros programas de apoyo comunitario. Las personas que sufren las formas más graves de este trastorno pueden ser incapaces de vivir solas y pueden necesitar hogares comunitarios u otros lugares estructurados a largo plazo para vivir.
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