En Janssen, nuestro propósito es ayudar a las personas a vivir una vida más saludable y feliz. Creemos que esto implica un mundo más saludable para que todos disfrutemos.

Por medio de nuestro enfoque basado en la innovación, estamos creando medicamentos efectivos y distinguidos al mismo tiempo que desarrollamos formas de integrar la sustentabilidad a cada etapa de nuestros procesos y del ciclo de vida de nuestros productos. Estamos orgullosos los importantes logros que hemos alcanzado en la reducción del impacto ambiental gracias a la aplicación de nuestras innovadoras prácticas de tecnología y química ecológica.

Pero, ¿qué es exactamente la química ecológica?

Quizás los mejores para responder esa pregunta sean Paul Anastas, director del Centro para la Química y la Ingeniería Ecológicas de la Universidad Yale, generalmente conocido como “el padre de la química ecológica” y el Dr. John C. Warner, presidente, director de tecnología y presidente del consejo directivo del Instituto Warner Babcock para la Química Ecológica.

En su revolucionario libro de 1998, Green Chemistry: Theory and Practice, ellos definen la química ecológica como “la utilización de un conjunto de principios que reduce o elimina el uso o la generación de sustancias peligrosas en el diseño, la fabricación y las aplicaciones de los productos químicos”.

O bien, como explica el Dr. Warner en términos más sencillos en el sitio web de su instituto, “la química ecológica es la ciencia que consiste en tomar decisiones inteligentes desde el comienzo acerca de los químicos que componen los productos que usamos a diario”.

Ellos también han desarrollado los Doce principios de la química ecológica, adoptados por la Sociedad Estadounidense de Química (ACS), como una guía para eliminar la generación de desechos tóxicos provenientes de químicos, procesos y productos. Los principios incluyen desde cuestiones de sentido común, como enfocarse en prevenir los residuos en lugar de tratarlos o limpiarlos, hasta la planificación progresiva en torno a los procesos, que incluye el uso de materias primas más sustentables y renovables.

En Janssen, estamos adoptando estos principios, no solo en nuestros propios laboratorios sino también en el liderazgo en la industria.

Evaluamos la huella ecológica de nuestros productos, que incluye la energía, los materiales y el agua utilizados a lo largo del ciclo de vida del producto. Desafiamos a nuestros equipos de desarrollo de productos a explorar nuevos enfoques, como usar materias primas renovables, reducir la complejidad de la síntesis de los medicamentos y usar más químicos y procesos ecológicos. Principalmente, nos enfocamos en el diseño y la fabricación de los productos y soluciones de atención más sustentables para crear un futuro sano para todos nosotros.

Además, participamos en dos foros principales sobre química ecológica: la ACS Green Chemistry Pharmaceutical Industry Roundtable (GCPIR) y el programa European CHEM21. Ambos comparten las mejores prácticas y dirigen investigaciones académicas para desarrollar maneras más eficientes y ecológicas de desarrollar principios activos farmacéuticos.

Por ejemplo, a través de CHEM21, Janssen, junto con otras compañías farmacéuticas y en colaboración con 13 grupos de investigación universitarios y expertos en la materia, está desarrollando prácticas de fabricación farmacéutica que minimizan nuestro impacto ambiental colectivo. Nuestro objetivo es convertir CHEM21 en el núcleo de investigación y centro de excelencia europeo para la información y capacitación sobre las mejores prácticas en química ecológica.

Para nosotros, todo se reduce a tomar decisiones inteligentes.

“Utilizar el marco de referencia de la química ecológica para guiar nuestro desarrollo químico definitivamente brinda beneficios ambientales”, dice Phil Dahlin, Director de Sustentabilidad de Janssen. “Pero la química ecológica es verdaderamente química limpia, inteligente, negocios inteligentes y mucho más, no solo para nosotros sino también para las compañías y la sociedad”.

En 2005, el premio nobel de química fue entregado a tres científicos estadounidenses y franceses. Su colaboración en el desarrollo de compuestos orgánicos, de acuerdo con la Real Academia Sueca de Ciencia, “representa un gran avance para la química ecológica, reduciendo los desechos potencialmente peligrosos por medio de una producción más inteligente... [y] es un ejemplo de cómo se han aplicado conceptos básicos e importantes de la ciencia para el beneficio del hombre, la sociedad y el medio ambiente”.

Desde 1996, los Estados Unidos ha entregado su Premio Presidencial del Desafío de Química Verde anual para reconocer a los académicos y a las corporaciones que usan tecnologías químicas que incorporan los principios de la química ecológica al diseño, fabricación y uso de químicos. En Europa, también se han desarrollado diversos programas de premios para la química sustentable a nivel nacional.

En cuanto a la regulación, el gobierno de los Estados Unidos ha promocionado la química ecológica en respaldo de la salud pública. California, a menudo pionera en ese tipo de legislaciones, ha restringido más de 160 químicos comunes en los productos de uso doméstico. En Europa, el programa de registro de químicos REACH está restringiendo o prohibiendo más de 1000 químicos en el comercio, cuya cantidad seguirá aumentando a medida que se realicen pruebas adicionales.

Los grupos, publicaciones y conferencias de química ecológica más importantes incluyen la Red de Países del Mediterráneo sobre Química Verde (MEGREC), la publicación Green Chemistry de la Sociedad Real de Química del Reino Unido, la Red de Química Sustentable y Ecológica de Japón y el Centro de Química Verde de la Universidad Monash en Australia.

Todas estas iniciativas subrayan la importancia emergente de la química ecológica. Estamos orgullosos de estar desempeñando un papel activo en la promoción de la química ecológica y esperamos compartir más noticias sobre nuestros esfuerzos en la próxima entrega en Janssen.com.